
En los métodos de trabajo corporal, como Yoga Iyengar o Qi Gong uno de los objetivos principales es el dominio del equilibrio bípedo y por tanto la construcción del eje central o eje vertical que caracteriza a nuestra especie.
La adquisición de la postura erguida ha sido crucial en el proceso evolutivo, pues permitió la liberación de las manos y con ello el desarrollo del cerebro, y una mayor independencia espacial.
En la construcción del eje central o eje vertical, una de las primeras etapas es el enraizamiento vertical, consiste en hallar los puntos de apoyo fundamentales del edificio corporal mediante el asentamiento del pie.
El enraizamiento del pie es un trabajo óseo y energético a la vez. Existe un ajuste preciso de las piezas óseas que forman el pie. Los ejercicios en una primera fase se centran en el arco plantar y el reparto del peso entre talón y metatarsos.
El reajuste del pie a través de la postura vertical estimula el Qi de los meridianos que terminan en el pie y también el conjunto de los canales principales que circulan por el cuerpo y componen la verticalidad.
El talón es una de las puertas de energía situada en la planta del pie, asciende por el talón de Áquiles y se extiende por el resto del cuerpo, el cuerpo debe arraigarse al suelo como un imán, absorbiendo el Qi de la tierra.
Este apoyo da al cuerpo una gran estabilidad.
El talón refleja la salud física y energética, y también la estabilidad psicológica y emocional de la persona.
Enraizarse no es solo absorber el Qi de la tierra, también es aprender a conocerse a uno mismo. El contacto del pie en la tierra refleja el contacto con la realidad, la solidez del pie se asocia con la confianza y la claridad mental.
El pensamiento oriental es un pensamiento que establece paralelismos entre la dimensión psicológica y la dimensión corporal; refleja muy bien la correlación entre cuerpo y mente.
En el pensamiento occidental este paralelismo no esta tan integrado, pero es sabido que una mala alineación de los pies desencadena numerosos desequilibrios, por ejemplo un dolor de espalda puede causar un problema en los pies, y viceversa un problema en los pies puede ser el causante de un dolor de espalda.
La pisada del pie pronador (apoya mayormente en la parte interna del pie) o supinador (apoyo mayormente en la parte externa del pie) es causante de muchas otras lesiones de tobillo, rodilla, cadera, espalda baja, media y alta.
Se producen multitud de lesiones derivadas de una mala posición de la pisada.
¿Qué relación hay entre una mala pisada y el dolor en tobillo, rodilla, cadera, espalda?
Es importante estar atento a la posición del pie y al reajuste del eje vertical, desde el niño que inicia sus primeros pasos, hasta el anciano de 80 años, pasando por deportistas, iniciados en el running, ciclistas etc… son muchos y muy variados, los que en algún momento sufren a diario de algún tipo de dolor.
El esqueleto es un bloque articulado, rodeado por cientos de nervios, tendones , ligamentos etc… y todo influye sobre todo, es debido a ello que cualquier parte del esqueleto influye sobre el equilibrio, la postura, el apoyo y en general el funcionamiento del organismo.
Cuando padecemos algún dolor hemos de tener esa visión integrada de todas las partes del cuerpo y cuando realizamos un tratamiento también.
La Acupuntura y el masaje terapéutico Tui Na resuelven bloqueos de Qi, alivian el dolor, aumentan la energía, recuperan lesiones y aportan calidad de vida.
El trabajo corporal aporta conciencia corporal, flexibilidad, elimina tensiones del día a día y es una vía para conocerse a uno mismo.
“Un viaje de diez mil kilómetros empieza por apoyar el pie en el suelo”, decía Lao Zi
Deja una respuesta